Movimientos permanentes y, en apariencia, sin un sentido claro, algunos de ellos de carácter temerario y riesgoso que pueden llevar a un accidente, sumado a falta de atención e impulsividad excesiva, son algunos de los síntomas de niños y niñas que presentan hiperkinesis o hiperkinesia, un trastorno que va mucho más allá de lo que se conoce como un niño inquieto.
“Es un cuadro clínico que se inicia en la edad temprana. Después, desde los 6 a 7 años, se denomina déficit atencional hiperactivo. Por eso los niños entran a primer año básico a los 6 años porque deben poder atender bien. La hiperkinesia es el aumento de los movimientos voluntarios que se transforman en movimientos involuntarios; por razones genéticas, en su gran mayoría, y también por problemas durante el embarazo, parto y al nacer”, explica la neuropediatra.
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¿Cómo se diferencian?
El carácter excesivo de la hiperactividad y la desatención a instrucciones o llamados a controlarse diferencian, principalmente, a un menor hiperkinético de otro inquieto.
- Un niño inquieto suele moverse, pero uno hiperkinético lo hace con mayor frecuencia y no puede controlarse, pues la hiperactividad supera su voluntad.
- Un niño hiperkinético comete conductas de riesgo, las que algunas veces terminan en accidente, en cambio el menor inquieto percibe el riesgo y suele evitarlo. “En un niño inquieto, su actitud obedece a conductas que mantienen características exploratorias, adaptativas y propositivas”, aclara la especialista.
Además del riesgo inmediato de un accidente, los niños con hiperkinesia muestran dificultad en su adaptación social y rendimiento escolar. “Pueden tener anotaciones, expulsión y abandono escolar, así como baja autoestima. Se ha visto que perjudica su vida, porque tienen más riesgo de adicciones y fracaso escolar si no se trata y apoya integralmente”, advierte la Dra. Perla David.
Diagnóstico y tratamiento
Ante los síntomas descritos, los padres o adultos a cargo de un pequeño con este perfil deben acudir a la consulta de un neurólogo infantil, quien evaluará el cuadro clínico, el que en ocasiones puede estar asociado con otros trastornos como déficit atencional e hiperactividad, lo que se conoce como trastornos mixtos. “El déficit atencional mixto es asociación con trastornos específicos del aprendizaje y/o trastorno de conducta”, precisa la Dra. David.
Luego, un sicólogo o siquiatra y un sicopedagogo son los especialistas que guiarán al menor y a los padres en la terapia conductual apropiada, junto con los manejos familiares y sociales necesarios para su bienestar.
Rol de los padres
La Dra. David explica el rol de la familia para acompañar y proteger al niño que presente este trastorno:
- Dar apoyo con paciencia y cariño
- Estimular cada esfuerzo del niño, definiendo lo que hizo bien en forma clara y estimularlo a seguir en su terapia cognitiva conductual
- Instruir normas con refuerzo positivo, estimular con dar permisos, elogios y caricias
- Mantener normas fijas, claras y evitar gritar, descalificar y compararlo con otros
- Así también, los padres requieren ser apoyados y reforzados en su manejo
Medicamentos
Dependiendo del tipo de trastorno y la presencia de otros cuadros o enfermedades neurológicas, el médico tratante podrá prescribir medicamentos psicotrópicos, como metilfenidato o atomocetinas. “Se debe tener presente que cuando el diagnóstico indica asociaciones con síndromes ansiosos o depresivos se utilizan otros medicamentos”, acota la profesional.
Recuerda que ante la sospecha de hiperkinesis en un niño, la primera consulta médica debe ser con un neuropediatra, quien podrá derivar a un psicólogo, psiquiatra o psicopedagogo para un manejo integral del trastorno conductual.