El confinamiento, sumado a la incertidumbre en materia de salud y el futuro en distintos aspectos que genera la pandemia del Covid 19, se asocia a cuadros ansiosos que nos puede llevar a un aumento del peso corporal. “Por un lado, la misma ansiedad nos lleva a comer más y, por el otro, el estrés hace que el cuerpo libere hormonas como el cortisol e insulina, las cuales influyen en el apetito, interfieren en el metabolismo, favorecen la acumulación de grasa y la subida de peso”, sostiene la Dra. Daniela Allsop, nutrióloga de Clínica Indisa.
Ese aumento de kilos, que en muchos casos va acompañado también por falta de ejercicios en cuarentena, suele ser altos en masa grasa. “El tejido graso produce un pequeño grado de inflamación crónica que se asocia con enfermedades relacionadas con la obesidad como hipertensión, diabetes, alteraciones del sistema inmune y dislipidemia. Esta última consiste en la concentración elevada de lípidos, es decir, colesterol malo (LDL), triglicéridos o ambos; o una concentración baja de colesterol bueno (HDL). Estos son factores fundamentales en el riesgo cardiovascular”, sostiene la especialista.
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La nutrióloga asegura que la salud metabólica de una persona sana puede empeorar en un período de cuarentena de dos o tres meses, si es que se alimenta mal y aumenta de peso. “Y también puede ocurrir al revés: un paciente con obesidad y dislipidemia, si hace los cambios de alimentación por una más saludable, en tres meses puede conseguir resultados muy importantes en el peso y en sus indicadores de salud”, afirma.
Se ha demostrado con estudios epidemiológicos que controlar el peso corporal, alimentarse de manera saludable, hacer ejercicios en forma regular, no fumar, evitar el exceso de consumo de alcohol y dormir lo suficiente tiene efectos beneficiosos tanto para la prevención de enfermedades metabólicas como para quienes ya tienen alguna patología de base asociada a la obesidad.
Frente a la ansiedad en estos días de cuarentena, la recomendación es:
- Preferir siempre los alimentos menos procesados posible
- Consumir frutas y verduras
- Optar por granos enteros como avena y semillas ta nº3
- Preferir productos con fibra y frutos secos
- Evitar las grasas saturadas (mantequilla, margarinas, quesos), azúcares refinados (tortas, galletas) y el exceso de carnes rojas.
EJEMPLO DE MENÚ SALUDABLE
Lo aconsejable son tres comidas principales y dos colaciones entre medio, para no llegar con tanta hambre a la comida siguiente, sugiere la nutrióloga.
Desayuno
- Medio pan con quesillo o jamón de pavo o mermelada sin azúcar
- Taza de café o té cortado con leche
Colación a media mañana
- Fruta, una porción de frutos secos, una taza de leche semidescremada o un yogurt semidescremado (escoger uno).
Almuerzo
- Un plato de verduras (apio, pepino, tomate, lechuga, repollo, porotos verdes, etc) con una proteína y una pequeña porción de carbohidratos .
Colación tarde
- Fruta, una porción de frutos secos, una taza de leche semidescremada o yogurt semidescremado (escoger uno).
Cena
- Un plato de verduras con una proteína.
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