En la búsqueda de una dieta saludable, el aporte de los alimentos funcionales es de particular relevancia para lograr beneficios adicionales de su consumo, los que van más allá de la necesidad básica de alimentarnos y la absorción de nutrientes.
Pero solo algunos alimentos tienen la capacidad o condición de ser funcionales. ¿Qué distingue a un alimento funcional de otro convencional? “Son alimentos naturales o procesados que tienen uno o varios componentes que al consumirlos generan un impacto positivo en la salud porque contribuyen a la prevención de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares o la disminución del colesterol. Además, en el caso de alimentos funcionales ricos en antioxidantes, su ingesta está asociada con la disminución de la oxidación o envejecimiento celular”, señala el profesional.
Consumo regular
Para que un alimento funcional logre su efecto benéfico en nuestra salud, debemos consumirlo de manera habitual o regular en nuestra dieta diaria, sin necesidad de comerlo en cantidades excesivas para conseguir sus propiedades.
“Por ejemplo, algunos tipos de pan ricos en fibra ayudan disminuir el colesterol. Su consumo o ingesta diaria debería ser de unos dos panes para lograr el efecto benéfico de la fibra, sin ser necesario comer más que eso para lograr ese aporte. La idea es que en una condición de consumo normal logremos el beneficio en nuestra salud”, afirma el experto del Departamento Nutrición de la Universidad de Chile.
Ejemplos en la dieta diaria
El verano es una estación propicia para encontrar algunos alimentos funcionales, los que están disponibles en ferias, supermercados y a lo largo del país, sobre todo en días en que nos preparamos para nuestras ansiadas vacaciones.
- Arándanos: Se trata de uno los berries más consumidos en Chile y en abundancia por estos días. Son ricos en Vitamina C y sobre todo tienen un alto contenido de antioxidantes, polifenoles, cuyos beneficios se vinculan a la prevención del estrés oxidadativo o envejecimiento de las células, así como a la prevención de diversas patologías.
- Tomates: Son una de las verduras más abundantes en el verano y tienen alto contenido de licopeno, un compuesto benéfico y antioxidante que le da el color rojo a su cáscara y pulpa. Existe evidencia que el consumo regular de licopeno contribuye a prevenir ciertos cánceres, como el de próstata, así como enfermedades degenerativas y cardiovasculares.
- Salmón: De todos los pescados disponibles en nuestras costas, es uno de los que concentra mayor cantidad de ácidos grasos Omega 3, una grasa saludable que es clave para prevenir enfermedades cardiovasculares, reducir los triglicéridos y regular la presión arterial, entre otros beneficios.
- Yogur con probióticos: Niños y adultos deberían consumir de manera habitual este alimento procesado y enriquecido con estos microorganismos vivos, compuestos que regulan el balance microbiano en el aparato digestivo. Sus beneficios se relacionan principalmente con la salud digestiva y la respuesta inmune del organismo.
- Fórmulas lácteas para lactantes: Un alimento funcional procesado que aporta beneficios adicionales a los que otorga el calcio de la leche, son las fórmulas lácteas enriquecidas. Incorporan nutrientes como ácidos grasos poliinsaturados, como el DHA, y ácido fólico, que benefician el desarrollo neurológico de los lactantes y previenen malformaciones congénitas.
Recuerda que para lograr el efecto benéfico de los alimnetos funcionales, su consumo debe ser habitual en nuestra dieta diaria.