Se trata de una patología preferentemente masculina: se presenta en dos hombres por cada mujer. Los cálculos renales son piedras o fragmentos sólidos de cristales de calcio que se forman a partir de sustancias propias de la orina, los que se depositan en los riñones o vías urinarias de hombres y mujeres. Su aparición más frecuente es desde los 25 hasta los 55 años.
Según el Dr. Marchant, precisamente este segmento etario es el que presenta hábitos menos saludables, por lo que son más propensos de presentar cálculos renales, como por ejemplo, alta ingesta de proteínas, bajo consumo de agua, mayor sedentarismo, alto consumo de sal, entre otras conductas.
Conoce las Ofertas de productos y se parte del Club Cruz Verde.
¿Por qué nuestro organismo produce estas piedras? “Se debe a múltiples factores que se conjugan para generar una piedra o cálculo en el riñón. A veces se relacionan con un antecedente genético, por otra parte, en ambientes muy secos y calurosos se presentan casos de deshidratación que también pueden influir en su desarrollo. Pero el factor de riesgo más influyente es la alimentación y estado nutricional del paciente. En pacientes diabéticos, obesos, con altos índices de colesterol, consumo excesivo de sal, grasa saturadas y proteínas, estas condiciones se conjugan para el desarrollo de cálculos renales”, explica el Dr. Fernando Marchant.
Aunque entre un 85% y 90% de los cálculos renales pueden ser eliminados de manera espontánea por el organismo, en algunos casos estas piedras quedan depositadas en los riñones, uréteres o la vejiga, produciendo una diversidad de síntomas y dolor de distinta magnitud.
Principales síntomas
- Cólico renal: dolor que se inicia de menos a más, incluso puede llegar a un nivel casi insoportable. “Se ha descrito como uno de los dolores más fuertes que puede experimentar el ser humano”, dice el especialista. También se ha comparado como un nivel de dolor similar al que siente una mujer al parir, con la diferencia que ellas en el parto generan hormonas para atenuar la intensidad del dolor. También puede gatillar náuseas y vómitos, molestias y sensación de ardor al orinar.
- Infecciones urinarias: pueden estar acompañadas de fiebre e incluso compromiso del estado general del paciente, “en esos casos ya estamos frente a un cólico renal más complejo”, advierte el especialista.
- Dolor lumbar crónico: suele presentarse en hombres con cálculos de mayor tamaño que no pueden bajar por la vía urinaria, quedándose depositados en el riñón. El dolor se concentra en la zona lumbar y se acompaña de inflamación local.
Opciones de tratamiento
El primer tratamiento indicado es la terapia expulsiva, que consiste en que el paciente realice ejercicio físico e ingiera 1 o 1,5 litros de agua al día, para que el cálculo pueda bajar y luego eliminarse de manera espontánea. ¿Medicamentos? La prescripción en este caso son analgésicos antiinflamatorios y fármacos para dilatar las vías urinarias, para que así el cálculo pueda eliminarse. Pero cuando el tamaño del cálculo imposibilita la eliminación espontánea, se indica la terapia invasiva o quirúrgica.
Existen principalmente tres tipos de cirugía para eliminar los cálculos renales:
- Litotricia extracorpórea. Consiste en una máquina que libera ondas de choque, las que llegan a la zona donde está depositado el cálculo, éste es triturado y luego el paciente elimina los fragmentos por la orina.
- Endoscopía de tipo ureteroscópica. Se accede por la vía urinaria con un pequeño endoscopio, con un tipo de láser específico para vía urinaria se rompe el cálculo y se extraen los fragmentos.
- Nefrolitonomía percutánea. Indicada para cálculos que exceden el tamaño promedio y que llegan a medir 15 mm o hasta 20 mm.
“Se introduce una pequeña cámara de televisión por la piel, se llega al cálculo a través del riñón y bajo el mismo procedimiento del láser, se fragmenta y se retira de la vía urinaria”, explica el director de la Sociedad Chilena de Urología.
¡Anímate con estas cinco medidas de prevención!
- Consume al menos 1,5 litros de agua al día: el agua produce el efecto de diluir la cantidad de cristales en la orina.
- Disminuye el consumo de sal: de esta manera se disminuye el aporte de cristales que van a provocar que decanten para la formación de cálculos.
- Practica actividad física de manera habitual: aumentar la actividad física estimula el crecimiento muscular, disminuye el calcio circulante y, además, favorece la ingesta de agua.
- Mantén un peso corporal de acuerdo a la talla: es imprescindible evitar la obesidad porque es un desencadenante de todos los factores ya mencionados.
Recuerda que la prevención es clave para evitar los dolorosos cálculos renales.